Fue la líder de su país durante setenta años y también fue el centro de una dinastía que le rindió un homenaje protocolar y que no reprimió las lágrimas de dolor y emoción por su partida.
Las mujeres de la familia real despidieron a Su Majestad vestidas de negro riguroso y estilo impecable.
Desde la pequeña Charlotte (7), la hija del príncipe William, que lució sobre su tapado un prendedor de platino y brillantes en forma de herradura que le había regalado su bisabuela, la Reina (originalmente perteneció a la Reina Madre), y que lloró oculta bajo el ala de un sombrero, hasta Meghan Markle, la mujer del príncipe Harry, que se emocionó en el adiós pese a haber estado alejada de la monarca en el último tiempo, o Sarah Ferguson, la ex mujer del príncipe Andrés, que se mostró desconsolada durante el oficio religioso.
Ellas, al igual que otras royals y allegadas a la familia, se destacaron en los funerales de Isabel II por su buen gusto y su sobriedad..